Siempre se ha dicho que la “inversión” en publicidad es irremediablemente imprescindible, y así es. Si hemos dispuesto una inversión en la producción de un producto o la comercialización de un servicio, la comunicación es una herramienta del marketing que no nos podemos dar el lujo de omitir en el plan.

Publicitar involucra comunicar de manera eficaz, directa y estratégicamente un producto o servicio, que puede bien ser un emprendimiento, un oficio, una profesión o incluso cualquier evento artístico o cultural al que queremos dar a conocer en un mercado. La publicidad, contiene varios formatos en su lenguaje: el discursivo, la imagen, el audiovisual e incluso en la actualidad el formato digital. Se han ampliado creativamente los modos de decir “que se ofrece”, “como es”, “que beneficios brinda”, “como adquirirlo” y los modos de pago.

Además del producto que se vende, su “marca”, es decir su identidad comercial, así como la empresa que la ofrece, también deben ser publicitadas. En estos tiempos ya no se trata de creatividad, sino de verosimilitud de los mensajes lo que dará resultados.

La comunicación publicitaria se ha transformado en un elemento de uso cotidiano, incluso son los mismos consumidores los que “cuentan” e “influyen” sobre otros al momento de la búsqueda de un producto o servicio. Podemos afirmar que se ha transformado en un hábito social.  A diferencia de la “publicidad”, la “propaganda” aunque está construida con la misma metodología, no cumple la misma función. Se propagan ideas sociales, culturales, políticas e ideológicas, pero sin fines de lucro, es decir, la propaganda no es una herramienta comercial. Sin embargo, tanto la publicidad como la propaganda se transmiten a través de los mismos medios, que pueden ser:  gráficos, televisivos, radiales, en la vía pública, en cines, en transportes, por medio de objetos de obsequio, y en las redes de internet, a los que denominamos medios digitales.

Cada medio se utiliza con un “objetivo”, es decir con una intención, hacia una cantidad de personas y en un tiempo requerido; lo fundamental también es saber aprovechar el feedback. Nunca se debe difundir algo que no se puede brindar, ni prometer bondades que no se pueden cumplir, ni destacar características que no existan. La fidelidad de los consumidores dependerá de la transparencia de la empresa.

En el curso PUBLICIDAD para emprendimientos se logra adquirir las herramientas para discernir las necesidades comunicacionales, planificar un modelo de acción, crear anuncios válidos, simples y efectivos al cumplimiento del objetivo, así como aprender a armar un plan con los medios adecuados. Este se puede realizar en paralelo con cualquiera de los que nuestra empresa brinda y será un apoyo fundamental a la hora de emprender cualquier proyecto.